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Bethany McHugh, de 25 años, y su marido Alex estaban a punto de degustar su postre al final de su cena de cuatro platos en el Freycinet Lodge de Coles Bay, Tasmania. Fue entonces cuando la camarera les habló de una zarigüeya a la que le gusta salir para intentar hacerse con las sobras. Cuando la zarigüeya apareció, se subió directamente a la mesa y empezó a olfatear el postre. La pareja se apresuró a recoger los platos mientras Alex seguía comiendo su tarta de queso para evitar que la zarigüeya le robara algo. Bethany dijo: “No estábamos asustados, sólo sabíamos que era curioso y quería algo d…